
A un mes de la desaparición física de un Grande de la Torá, más de seiscientas personas se dieron cita para rendir un homenaje póstumo.
Luego de recitar la tefilá de Arvit, el Rab Abraham Serruya y el Rab. Meir Sassón dirigieron unas palabras a los presentes.
Dado que la cantidad de hombres fue mayor al lugar disponible, se habilitó el SUM del subsuelo, donde se colocó una pantalla para poder seguir lo que sucedía en el knis.