Demás está decir que casi el 100% de los chicos se encontraban disfrazados, y hasta también algunos grandes
En el patio del colegio se podía elegir entre los gigantes inflables y la cama eslástica.
También en el cuarto piso había inflables, esta vez acompañados por metegol, tejo y una mini pista de carrera.
El arte llegó al rostro de las niñas con una maquilladora artística.
El payaso con su gran sombrero realizó un show de globología y simpatía.
La melavé malká fue de panchos y gaseosas.
No podían faltar los copos de nieve y los pochoclos que gustan tanto a chicos como a grandes.
El mago dejo boquiabiertos a todos con sus trucos.
Para las mujeres que no pudieron escucharla ni bien concluyó la tefilá de Arbit, se leyó nuevamente la meguilá.
La noche en sí fue un desfile mutilcolor. No queremos nombrar los disfraces porque seguramente nos olvidaríamos de alguno, eran tantos y tan originales.
Para más información: ¡Vean las fotos!
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