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Perashát Lej Leja

“Lej leja me artzeja umimoladeteja umibet abija el haaretz asher areka” (Bereshit 12:1)
Hakadosh Baruj Hu quiere mostrarle un camino nuevo a Abraham Abinu y para eso le dice lej leja meartzeja (abandona tu tierra). Cada persona tiene una tierra personal, forma un mundo aparte influenciado por sus alrededores, muchas veces con costumbres no buenas y eso es lo que se interpone en el camino para recibir algo nuevo de Bore Olam. Para que Abraham Abinu pueda comenzar el camino hacia la formación del Pueblo de Israel y luego recibir la Torá, necesitaba abandonar todas sus costumbres anteriores, podemos pensar que como tenía prometido riquezas no era difícil abandonar, pero no es así, imaginémonos que tenemos que viajar a China y aunque nos prometan el oro y el moro es algo muy difícil, el idioma, el lugar, comenzar a comer con dos palitos el arroz, etc, es decir estamos hablando de costumbres cotidianas pero acá hay una forma de vida, Hashem le pide a Abraham que para poder recibir el nuevo propósito que tiene para él primero debe borrar inmediatamente de su mente toda la idolatría que él había vivenciado en la casa de sus antepasados y esto es lo que ocurre cuando queremos recibir la Torá y sus mitzvot sobre nosotros, primero debemos saber que de a poquito tenemos que ir dejando todo lo que nos obstruye el camino para ver esa verdadera luz  y con un mashal lo vamos a entender:
Un campesino que caminaba lleno de ropas entró a una tienda para comprar una camisa, el vendedor le dio una a su medida y el trató de colocársela pero no pudo, entonces se quejó “usted se está riendo de mí, esta no es mi medida” a lo que el dueño del negocio contestó “pero señor, ese no es usted, esas son sus ropas, usted debe quitárselas para que después la camisa quede a su medida”.
Ese campesino somos nosotros mismos, muchas veces queremos adoptar la Torá junto con todas las malas midot a las que nosotros estamos acostumbrados y vemos que no se adapta, que es imposible, entonces pensamos que la Torá no es adaptable a la “humanidad” y nos equivocamos, nosotros no somos la humanidad somos sólo una parte de ella y para poder adaptar la Torá hacia nosotros, primero debemos quitar todas esas ropas que nos cubren y que son ajenas a nuestra esencia, que nos engañan y que no somos nosotros.
Por eso cuando alguien empieza a volver en teshuba la persona no ve ni ahí que eso sea acorde a su vida, y tiene razón, es muy difícil, ninguno de los trabajos de este mundo son fáciles pero tiene que saber que de a poquitito con pasos pequeños debe ir quitando de su vida todo lo que le obstruye el camino hacia la Torá, como le dijo Hashem a Abraham Abinu ‘lej leja-andá para vos- me artzeja- de tu tierra – el haaretz asher areka- a la tierra que Yo te voy a mostrar’, que es un mundo real, un mundo que te va a hacer feliz, un mundo que te va a hacer ver realmente quien sos, te va a traer paz y vas a sentir que estás cumpliendo en este Olam con tu verdadera misión y no vas a estar disfrazado con algo ajeno a vos. 
Shabat Shalom
Peridosimo Kosher agradece al Bajur ieshivá Ishai Soriano por el texto enviado.
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