“Vayabo alehem Yosef baboker vayar otam vehinam zoafim. Vaishal et serisei Parhó asher ito
vemishmar bet adonav lemor. Madua penejem raaim haiom? Vaiomru elav jalom
jalamnu ufoter ein oto. Vaiomer alehem Yosef: ‘halo le
Elokim pitronim sapru na li’.” *
El Rab Baruj Ezraji shelita explica como Yosef haTzadik se levantaba
cada mañana y a pesar de su nivel le preguntaba a todos los prisioneros cómo se
encontraban ese día, y si él veía que algunos estaban mal, tenía la humildad de
acercarse y preocuparse por ellos. Él, con todo su nivel sabía que si estaba en
el Bet hasohar tenía un tafkid que cumplir en ese lugar y esto nos viene a
enseñar que cuanto más grande es la persona más debe acercarse a los que son
simples.
Cuentan sobre Rav Shelomo Zalman Oirbaj a”H que él nunca esperaba que
lo saludaran sino que siempre lo hacía antes y era el primero en acercarse a
toda persona que pasaba por la Ieshiba.
Actualmente vemos entre nosotros
personas que se creen grandes y dicen “no estoy para saludar a todo el mundo”.
Ellos no entienden que todos debemos saludarnos y si vemos a alguien que
conocemos y su cara no es buena, tengamos entonces la grandeza de acercarnos,
preguntarle si se encuentra bien, si no lo está, qué le sucede, a veces creemos
que eso es meterse en la vida del otro cuando en realidad es demostrarle que si
podemos ayudarla, puede contar con nosotros.
Cuantas veces sentimos que caemos en lugares equivocados.
Hoy ya muy distintos B”H al bet hasohar donde estuvo Yosef haTzadik
pero debemos saber que en todo lugar que “caigamos” es porque debemos estar
allí, no es coincidencia sino que es ese el lugar donde debíamos estar y tenemos
que estar atentos para descubrir cuál es el Tikun que tenemos que realizar
allí, ya que si Hashem nos hizo llegar hasta ahí es para letaken algo.
Y sobre esto hay un Maasé del Rav Yehuda Tzadka a”H el Rosh Yeshibat
Porat Yosef : Una noche cuando volvía de un casamiento en Hertzlia le pidió a
su chofer que manejara hasta Ierushalaim a pesar de que era de madrugada, ya
que se estaba realizando en uno de los salones la Jupá de un Bajur que era
huérfano de madre, Rav Tzadka llegó a la Jatuna justo antes de que hicieran
Bircat hamazon, hizo Netilat Iadaim, comió, le dijo las berajot al novio que
irradiaba de alegría porque no podía creer que era Rav Tzadka quien estaba en
su Jupá, festejaron, bailaron y cuando el padre del jatán agradeció inmediatamente
se largó a llorar y el Rav Tzadka se acercó y le dijo: “debes saber que estas
lágrimas de felicidad también Hakadosh Baruj Hu las guarda ya que junto con
todas las lágrimas de los iehudim en el Galut, la transpiración y las que se
derramaron por hacer mitzvot, serán el rocío Biat hamashiaj”
Por eso debemos aprender de nuestros Rabanim Guedolim, Abot veImaot como
debemos comportarnos con todas las personas, sin importar quiénes sean o cuál
sea su edad.
Y cuanta falta hace eso hoy en día, por eso vamos a ver que los
psicólogos ya no tienen turnos para dar y los psiquiatras menos, porque es eso
lo que falta a la gente: Earat Panim, es el deber que tenemos de preocuparnos
por el otro, hoy que cada uno está “en la suya” y no nos damos cuenta que por
el Zejut de alegrar a otra persona todos nuestros problemas pueden solucionarse
ya que no somos dueños de las soluciones como vemos en Yosef haTzadik que él se
preocupó por esos simples ministros y eso fue su salvación.
Aprendamos de a poco a preocuparnos por el prójimo y ayudarlo.
Seguramente por ese tzejut, lograremos la Ieshua.
Periodismo Kosher agradece al bajur ieshivá Ishai Soriano, por las palabras de Torá.
No hay comentarios.
Publicar un comentario