La Asociación Israelita de Sobrevivientes de la Persecución Nazi (Sherit Hapleita), Generaciones de la Shoá, Asociación Mutual Israelita Argentina (Amia), Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (Daia), Museo del Holocausto/Shoá de Buenos Aires y el Centro Simón Wiesenthal, convocaron a un acto en el salón auditorio de la Amia.
Estuvo presente la Sra. Dorit Shavit, Embajadora del Estado de Israel en la Argentina.
Luego de entonar el Himno Nacional Argentino y el Hatikva, se dió lectura a una
Declaración Conjunta de las Instituciones Convocantes.
“Este acto tiene un matiz diferente al que poseen las
conmemoraciones que recuerdan el exterminio de seis millones de nuestros
hermanos, como lo fuera hace pocos días Iom HaShoá. Sin minimizar el
horror, sin olvidar a nuestras víctimas, el aniversario que hoy
recordamos es esencialmente una celebración, la del fin del régimen
genocida y totalitario que hizo un cultor del odio, que sólo trajo
oprobio y sufrimiento a la humanidad.
Setenta y dos millones de personas perecieron durante la Segunda
Guerra Mundial, de los cuales cuarenta y siete millones eran civiles,
viéndose involucrados 71 países, casi el 80% de la población del mundo.
Diecinueve países dijeron presente y aportaron tropas a la causa
aliada”.
A continuación se encendieron seis velas y se hizo un minuto de silencio, en memoria de los soldados
que lucharon contra el nazismo, las víctimas civiles los asesinados
por su credo, etnicidad, cultura, ideología, orientación sexual o
discapacidad físico o mental, los partisanos de todas las
nacionalidades los más de 60 millones de muertos en la Segunda Guerra
Mundial entre ellos 6 millones de judíos, las 5 mil comunidades judías
desparecidas; y en nombre de los sobrevivientes de las dos guerras del
nazismos: la Segunda Guerra Mundial y la Shoá.
José Moskovits, Presidente honorario de Sherit Hapleita y vicepresidente de la
Federación Mundial de Combatientes Judíos, Partisanos y Prisioneros de
Campos, se dirigió a
los presentes, en la voz de su hijo Víctor.
“Los sobrevivientes hablan y seguirán hablando a través de sus
testimonios. Desgraciadamente de los millones de deportados y masacrados
sólo unos pocos fueron liberados. Estos, frágiles pero llenos de
esperanza, soñaron con un mundo mejor, con las democracias estables, una
mejor vida y mucha dignidad. Los sobrevivientes que vinieron a la
Argentina, encontraron en estas tierras la añorada paz y la posibilidad
de rehacer sus vidas. Recordar es no olvidar, es compromiso”, dijo.
Alentó a las nuevas generaciones que “se hagan cargo de la
memoria, año tras año, que se comprometan a mantener la conciencia
alerta para que nunca más se interrumpa la paz mundial, la paz en Israel
y la paz en nuestra querida República Argentina. Confiamos en D’s para
que así sea”.
Como ya es tradicional en estos actos, los cuales se realizan desde hace más de una década, un representante de
alguno de los países que participó en la derrota de la Alemania nazi
hizo uso de la palabra, en este caso el Sr. Victor Koronelli, Embajador de Rusia.
Éste explicó que en su país, como antes en la URSS, el 9 de mayo
festejan la victoria, pues que por la diferencia horaria, fue cuando se
conoció, en 1945, la firma de la rendición de Alemania nazi y afirmó,
entre otros conceptos. “Esa fecha, marcó el inicio de una nueva época,
quedando atrás la guerra más devastadora de toda la humanidad. El valor
trascendental de esa gran victoria era la derrota del fascismo y la conquista de paz para todos los pueblos, la liberación de la
humanidad de la peste fascista que arrasaba a su paso con las vidas
humanas de los que no eran sus correligionarios. La gran victoria abrió
el camino para el libre desarrollo de las naciones europeas haciendo
valer los valores democráticos, creando las condiciones para un intenso
progreso en todas las áreas”, destacó.
El último orador, fue Emilio Cárdenas, abogado, profesor
de Derecho de las universidades de Buenos Aires, Católica Argentina, y
de Illinois, que se desempeño como embajador y representante de la
República Argentina ante las Naciones Unidas, la República Dominicana y
Guyana, y que actualmente es miembro del Comité Internacional Asesor del
Alto Comisionado para los refugiados de las Naciones Unidas y Presidente de la Asociación Internacional de Juristas.
“Esta noche recordamos el fin de una tragedia que parecía
interminable, pero que finalmente fuera anunciado, tras la batalla de
Berlín, el 9 de mayo de 1945. Atrás habían quedado de pronto los cinco
años, ocho meses y siete días del horror de la guerra; atrás había
quedado también e enorme crimen de lesa humanidad que conformara el
Holocausto de los judíos, bárbaramente perpetrado”, destacó.
Refiriéndose a la Shoá, Cárdenas sostuvo: “El drama del Holocausto
está indisolublemente incorporado a la historia universal, es el símbolo
siniestro más evidente de la inmensa capacidad que tiene el hombre de
hacer el mal, de extraviar nada menos que su propia condición humana,
por eso no puede relativizarse y en un mundo en que aún existe
aberrantes expresiones de negaciónismo, mucho menos distorsionarse. El
recuerdo del Holocausto nos ayuda a comprender como de la siembra del
odio y los resentimientos, de los prejuicios, de las divisiones, de las
demonizaciones y denostaciones, así como de las difamaciones se llega
con frecuencia al terror, a la violencia y a la muerte (…)”.
La música llegó de la mano de “Der Shpiler”.
Estuvieron presentes los sobrevivientes de la Shoá: Sara Rus, Hanka Grzmot, Lea Novera,
Moisés Boprowicz, Aarón Balbariski y Helene Gutkovsky, entre otros, el Embajador de Alemania, Bernjard Gral Von Waldersee y miembros de las
representaciones diplomáticas de Estados Unidos, Austria, Holanda,
Polonia, Noruega, Georgia, Republica Checa e India. También estuvieron
presentes Pablo Reisman vicepresidente de la AMIA; Claudio Avruj,
presidente del Museo del Holocausto/Shoá; Mario Comisarenco, tesorero de
la DAIA, Diana Wang, presidente de Generaciones de la Shoá, Federico
Wichter, presidente de Sherit Hapleita; Rosa Rosenblit; Sergio Wider,
representante del Centro Simón Wiesenthal; José Hercman; y Nataniel
Gorenberg, entre otros.
El acto estuvo conducido por la Sra Aida Ender.