Con la idea de reunir fondos para el colegio, más de ciento cincuenta familias pudieron disfrutar de un día de sol, con inflables para los chicos.
Las mesas estaban preparadas para disfrutar la comida traída de casa, o la comprada en el predio.
La cantidad de verde que rodea el Beit Hakeneset, daba una hermosa sensación de paz.
Los chicos podían disfrutar tranquilos porque había seguridad y ninguno se podía ir sin los padres.
A la hora indicada, se fue llamando a los caballeros para Minjá.
La música de fondo, el estar en familia, el verde, la paz del lugar, hicieron de ese domingo, un “Domingo Especial”.