Mientras en el patio los chicos disfrutaban de un circuito de kartings, en el salón de la planta baja, se podían realizar manualidades con papel glacé, o armar distintos tipos de bijouterie, siempre acompañadas por mamás y/o profesoras.
En el acceso a las escaleras un puesto de pochoclos y otro de copos de nieve atendidos por Raúl y el Sr. Zaifrani.
En el primer piso, las mesas preparadas para recibir a los comensales.
En el cuarto piso fútbol, dos metegoles, un tejo y el inflable gigante.
Todo preparado para pasarla bien, y así fue.