El año nuevo civil, comienza hoy, el 1ero de Enero. Según la tradición cristiana, el día de año nuevo celebra la circuncisión de Yeshu (¡sic!). El 1ro de Enero es el octavo día, contando desde el 25 de Diciembre. Irónicamente, la práctica de la circuncisión fue anulada en los primeros años del cristianismo. ¿Por qué? En su libro “La historia del Cristianismo” Paul Johnson explica que una gran cantidad de romanos se sentían muy atraídos hacia el monoteísmo y la ética judía, pero no estaban dispuestos a dejar de trabajar en Shabbat, dejar de comer cerdo y otros animales y les aterraba la idea de circuncidarse. Por este motivo muy pocos romanos se convertían al judaísmo (aunque cabe aclarar que los judíos, si bien aceptamos conversos, nunca los buscamos activamente). Johnson cuenta que los primeros apóstoles, que buscaban activamente conversos entre los romanos, vieron que si anulaban la circuncisión miles de romanos se convertirían a la nueva religión, y así fue como formularon entonces una versión light del “judaísmo”, que luego se fue convirtiendo en el cristianismo. Y fue irónicamente en Yerushalayim, en el concilio de Jerusalén (año 50) que la circuncisión fue definitivamente anulada. Hasta ese entonces los primeros cristianos no eran muy diferentes de otros judíos disidentes, como los Tsadoquim o los Mityavnim, por ejemplo, ya que de vez en cuando surgían judíos con nuevas ideas, influenciados por los pueblos vecinos. Pero a partir del momento en el que se anuló el Berit Milá--la circuncisión-- que era el pacto de D"s con Abraham y su descendencia, el cristianismo se desprendió definitivamente del judaísmo y de las tradiciones de su mismo fundador.
LA CELEBRACION DEL AÑO NUEVO
El rabino Terumat Hadeshen (1390-1460) y el Ramá (1530-1572), ambos de Europa occidental, se refirieron al día del año nuevo cristiano como una festividad religiosa del cristianismo: el octavo día de navidad (ver Darjé Moshé, Yoré De’á 148: 12). Y si bien en el día de hoy el 1ero de Enero es una celebración mayoritariamente civil, en ese entonces hubiera sido ridículo preguntarse si los judíos podían o no participar de las “celebraciones” del año nuevo. Primero porque éste tenía un significado enteramente religioso, y segundo porque este significado implicaba la definitiva abolición del judaísmo, al haber abandonado conscientemente el pacto de la circuncisión. Por eso, para los judíos que vivían en tierras cristianas, Navidad y año nuevo no eran días muy felices, sino días donde los discursos religiosos, los decretos y las persecuciones contra los judíos se intensificaban.
Tomemos como un pequeño ejemplo lo que ocurrió en los tiempos del papa Gregorio XIII (1502-1585), que fue quien instituyó el nuevo calendario, llamado en su nombre “gregoriano” y la celebración del año nuevo para todos los países católicos el día 1ero de enero. Cabe destacar que este papa se considera un papa “favorable“a los judíos, ya que los protegió en el gueto de Roma. Sin embargo, el día de año nuevo de 1577 el papa Gregorio XIII decretó que todos los judíos romanos, bajo pena de muerte, debían escuchar los sermones de conversión al catolicismo en las sinagogas después de los servicios religiosos de los sábados. Estos discursos eran pronunciados por judíos apostatas que se habían convertido al cristianismo. Gregorio también prohibió que los judíos practiquen la medicina y curen a pacientes cristianos. El día de año nuevo de 1578, Gregorio obligó a los judíos a pagar un impuesto especial para financiar una "Casa de Conversión", concebida con la intención de convertirlos al cristianismo. En el año nuevo de 1581 Gregorio ordenó a sus tropas confiscar toda la literatura hebrea de la comunidad judía romana. Según se sabe, miles de judíos fueron asesinados en esta campaña . No mucho para celebrar, ¿verdad?
Fuente Halaja of the day, por el Rab. Yosef Bitton
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