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Lag Baomer 5773 en Tecnopolis

El sábado a la noche llovió intensamente, pero ya por email, facebook y demás, sabíamos que la fiesta “no se suspende por mal tiempo”, así que fuimos igual.
Luego escuchando al Rab. Tzvi Grunblatt, entendimos que había pasado. Nos contó a los presentes que había escrito una carta al Rebe para que no sólo no llueva, sino también para que salga el sol.
Al ser la entrada gratuita,(como siempre lo hace Jabad en esta fiesta) se posibilitó la asistencia de más gente.
Muchas no conocíamos Tecnópolis así que por mi parte me pareció excelente la idea, la elección del lugar.
Es cierto, un poco lejos, pero ya se había previsto el problema, contratándose más de 200 micros que salieron desde los Beit Jabad de distintos barrios.
Para los que podían venir en auto, los esperaba un vasto estacionamiento.
Había de todo lo que se pudiera desear: flippers, inflables de distintos tipos y colores, videos y juegos electrónicos, simuladores, plaza blanda para los más chiquitos, una gran kermese y una Nube de obras de Teatro.
Cabe destacar la obra hecha por los chicos de la Ieshivá y dirigidos por Meir Plotka, contando que siempre “Todo pasa para bien”, musicalizado con la voz de Jailight.
El “Circo”, espectáculo sano para chicos y grandes, junto con los zancudos y malabaristas que recorrían el predio, llegaron de la mano del Mago Nino y su troupe.
En el escenario central pudimos escuchar a los chicos de distintos colegios diciendo los “Trece pesukim del Rebe”.
Los alumnos con sus estandartes e instrumentos recorrieron todo el predio para delicia de los visitantes.
El Rab. Grunblatt (Director del Beit Jabad Central) dirigió unas palabras.
El Rab. Shiele Plotka fue el conductor. Se realizaron sorteos de juegos, computadoras y hasta un auto… ¡Para niños, pero auto al fin!!!
En el centro del parque se realizó, como es costumbre, una gran fogata.
Los puestos de comida, pasando por el pochoclo y los copos de nieve fueron la salvación para aquellos que preferían comer en las instalaciones del parque.
Los inflables con la forma de Torá, velas de shabat, mezuzá, Tefilín, Pushke de Tzdaká fueron muy tentadores para tomarse fotos.
Una de las visitas más esperadas fue la del Mago Emanuel (Recordemos que la magia no es más que una ilusión), quien realizó varios trucos, algunos de ellos con niños del público como ayudantes.
La tarde baruj H shem transcurrió a pleno sol y más de seis mil personas (Dato aportado por los anunciantes) disfrutaron de una tarde de Lag Baomer, como lo hace desde tantos años Jabad Lubavicht cuando la fiesta cae en domingo.
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